¿CÓMO DARLE MUERTE A UN NAHUAL? Y OTROS MITOS

La cultura de México es una de las más variadas en cuanto a historias de miedo o de espantos, como coloquialmente se refiere a ellas. Lamentablemente, este acervo se está perdiendo, en gran medida a la industrialización, urbanización y modernización de grandes ciudades como Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey. No obstante, las leyendas populares aún son patrimonio de ciudades medianas y pueblos pequeños hacia las afueras de estos megacentros urbanos y comerciales. Todas las personas fuimos a una primaria que, se supone, se construyó sobre un cementerio azteca sin que nadie pudiera negar o asegurarlo.

Entre otras leyendas, las que oí de niño fueron:

Las brujas

Estas mujeres (cuyas presunciones para llegar a serlo varían de región a región) que ejercieron pacto satánico, se pueden ver aún en pueblitos separados de la civilización. Durante altas horas de la noche y parte de la madrugada, suelen verse bolas de fuego en el cielo, que no vuelan en línea recta, pero sí centellean, apareciendo y desapareciendo, dando saltos, formando y deformando círculos en el cielo. Bajan al pueblo o caserio a alimentarse de la sangre de los lactantes, provocan enfermedades y suelen morir del mismo mal provocado. Para detectar a una bruja es muy sencillo, si tienes el valor. Ve a casa de la supuesta bruja en una hora que no esté (es decir, la medianoche), y si ves sus pies al lado de la cama, pero a ella no, la mujer es bruja. Aunque no hay modo específico de acabar con ella, pinta una señal de la cruz con sal en la parte interior de las puertas y ventanas para que sepa que no es bienvenida.

La Subida del Muerto

Las personas no iniciadas en brujería y que practican cualquier mancia como interpretar el Café Turco, Expreso y la canela del café Capuccino, las líneas de las manos y los pies, Numerología, Necromancia, Fenómenos Naturales como la Astrología y el Zodíaco, Por medio de animales, como el Vudú, la Santería, el Palo Mayombé, y la Alectomancia, o Por medio de objetos, incluidos La Radiestesia, la Cartomancia en todas su formas, la Astrología, la Ouija y las Runas, son las principalmente afectadas por este mal. Por las noches un muerto se les sube mientras duerme, oprimiendo con su peso partes importantes como las piernas, o vitales como estómago y pecho, lo que en otras partes del mundo se conocen como íncubos y súcubos. Pueden, desde provocar pesadillas y sobresaltos, hasta llegar a matar por constricción. Si sientes esto, invoca el Nombre de Dios ( יהוה ) en voz alta, y pídele ayuda. También sirve orar a Jesucristo, o tener un peluche en forma de león o de tigre (sólo de estos animales) de gran tamaño a los pies de tu cama.

El Nahual

Es el licántropo mexicano. Se trata de un chamán (siempre varón) que puede transfigurarse, a voluntad, en un animal, casi siempre en un coyote o perro de gran tamaño, de modo, que sentado, del piso a las orejas mide 1,80 mt, que suele robar carne y muchachas. Para deshacerse de él, debes ir en su busca una noche en que salga a robar, persíguelo. Como el nahual corre en zig zag, debes perseguirlo y cada quince pasos, deja caer un crucifijo para obligarlo a correr en círculos. Cuando hayas hecho esto tres veces, dispárale. Antes de morir recuperará su forma humana y sabrás quién era la persona.

Los perros 

(Entre otros animales), perciben muy fácilmente la presencia de demonios y otros espíritus, de ahí que si dejas afuera a tu perro en la noche, y este ladra ferozmente, para poder ver lo que ellos ven, quítale las lagañas al perro y póntelas en el rabillo del ojo en una noche que ladre mucho. (Esto puede ocasionar conjuntivitis aguda).

El Cofre del Tesoro

Si estás de visita en un pueblito rústico de ésos sin alumbrado público ni pavimentado, te darás cuenta de que, a falta de sistema de alcantarillado, la mayoría de las casas son de una planta y tienen el baño fuera de la casa, en el patio y lo más alejado posible de la cocina. Si alguna vez sales a medianoche al baño y te encuentras un “muerto” que te pide una prenda, quítate el suéter o un sombrero y dáselo para que no te siga molestando. Al día siguiente fíjate dónde quedó tu prenda, marca una cruz en el lugar, y cava a la medianoche solo, hasta que des con algo duro, casi siempre una olla de oro o un cofre lleno de dinero. Si no lo haces a esa hora, el cofre estará lleno de ceniza.

Y además ya en ciudades en muchas oficinas aún existe la creencia de que al construir un edificio, los albañiles tienen por costumbre agregar un ingrediente a la mezcla “pa que amarre“, y no se caiga al primer terremoto. El ingrediente es: los huesos de un compañero, bien molidos o empalar todo el cuerpo en una de las paredes, de tal modo que no es raro que los ocupantes oigan al quedarse solos en todo el edificio, el arrastrar de cadenas, risas de bebé y sollozos desgarradores, entre muebles que cambian de lugar y luces que se apagan y encienden solas.

©lawjako

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