LA LEYENDA DE LA BRUJA DE BLAIR, LOS HECHOS QUE FORJARON LA FAMOSA MALDICIÓN



Si se escucha hablar sobre la bruja de Blair, seguro que viene a la mente algunas imágenes de aquella película de terror, estrenada en el año 1999 con un bajísimo presupuesto de producción, dirigida por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez y que tanto éxito alzó por entonces en todo el mundo. No obstante, Sánchez y Myrick se basaron en una leyenda surgida en torno a una mujer que muchos afirman fue real: Elly Kedward. ¿Qué sucedió con Elly para que la tachasen de bruja? ¿Qué terribles sucesos han ocurrido en los últimos 300 años en ciertos bosques de Maryland, Estados Unidos? 


¿Cuál es el origen de tan famosa maldición? 

Parece ser que los orígenes de la leyenda comienzan en Maryland, en los bosques de Black Hills, un lugar en el que, según narran las tradiciones de la zona, ni siquiera las tribus de nativos americanos se atrevían a entrar. Tanto es así, que en torno al año 1630, el coronel Nathaniel Blair dirigió una expedición para recorrerlo, con el fin de encontrar un lugar eficiente para la construcción de un fuerte. Nathaniel pidió ayuda a una tribu de aquella zona y como respuesta lo que hicieron fue estropear su expedición. A pesar de ello, Blair y sus hombres construyeron el fuerte que bautizaron con el apellido del coronel y que, con el paso de los años, iría creciendo hasta convertirse, en 1634, en la ciudad de Blair. 

Distintas historias narran que 150 años después, en torno al año 1785, una vecina de Blair llamada Elly Kedward, inmigrante de origen irlandés, fue acusada por varios jóvenes de practicar la brujería. Los jóvenes afirmaron que los había arrastrado a la fuerza hasta su casa con el propósito de beber su sangre. El temor se desató entonces por toda la población, y Elly Kedward fue condenada por brujería y desterrada de Blair para siempre. Atada a una carreta, fue abandonada en los bosques, durante el crudo invierno. 

Pasaron los días y la población de Blair respiró tranquila al creerla muerta a causa del frío o de las bestias salvajes que poblaban aquellas montañas. Sin embargo, 3 de los jóvenes, acompañados por sus perros regresaron al bosque para evidenciar si realmente había fallecido y, para su sorpresa, se tropezaron con que la supuesta bruja seguía viva. Entonces, los jóvenes ordenaron a sus perros que concluyeran el trabajo, mordiéndola, mientras ellos la apaleaban con ramas de algunos árboles. Estando moribunda decidieron soltarla de la carreta y colgarla de un árbol hasta que Elly Kedward pereció. Será a partir de entonces cuando comiencen a suceder numerosos fenómenos extraños en los bosques de Black Hills. 

Así, un año más tarde, en noviembre de 1786, cuentan que desapareció la mitad de los jóvenes del pueblo, incluidos los tres que mataron a Elly. Ninguno de ellos fue encontrado, ni vivo ni muerto. Ante el temor de que dichas desapariciones se debieran a la intervención de fuerzas maléficas y a la presencia de una maldición, los vecinos del lugar abandonaron Blair y juraron no volver a pronunciar más el nombre de Elly Kedwards. No obstante, en 1809 apareció un libro llamado “Blair Witch Cult”, (El culto a la bruja de Blair). Este libro, extravagante obra de ficción de muy poca calidad, cuenta la historia de una aldea maldita por una bruja. El pueblo es Blair y la bruja, Elly Kedwars. Sin embargo, en este cuento se da caza a la bruja, quien es quemada por sus crímenes. 


De Blair a Burkittsville 

Fueron más de 40 los años que tuvieron que pasar antes de que alguien volviese a residir en aquel lugar. Hacia 1820, un varón llamado Henry Burkitt compró al gobierno la abandonada ciudad de Blair. Con calma reconstruyó sus casas, que se encontraban en ruinas, y en 1824 rebautizó el lugar con su propio nombre: Burkittsville, un pueblo que aún existe y, a día de hoy, es visitado por muchos turistas gracias a la historia de la bruja. 

En agosto de 1825, once vecinos aseguran que del Tappy East, río que cruza Burkittsville, emerge una mano de mujer, extremadamente pálida, para arrastrar bajo el agua a la niña Eilleen Treacle, de diez años. La búsqueda de la pequeña se prolongó durante semanas pero su cuerpo nunca llegó a recuperarse. Poco después el río se vio taponado por culpa de una increíble cantidad de ramas, afectando a la potabilidad de sus aguas, que estuvieron contaminadas durante varios meses, siendo ésta la más que probable causa de la extraña muerte de un vecino del pueblo. 

Posteriormente, en marzo de 1886, Robin Weaver, de 8 años, es dada por desaparecida en el bosque, enviándose diversos equipos de salvamento en su búsqueda durante varios días, hasta que dieron con ella. La pequeña relató que en los bosques se había encontrado con una vieja dama que no andaba, sino que flotaba. Aquella extraña señora la tomó de la mano y la llevó hasta una casa donde la dejó en el sótano, prometiéndole volver. Robin la esperó durante algún tiempo, pero comenzó a tener miedo y, finalmente, huyó. Quienes no regresaron jamás fueron los miembros de uno de los equipos de rescate. Semanas más tarde, otros cinco rescatadores encontraron los cuerpos en Coffin Rock, se encontraban atados entre sí de pies y manos, y habían sido deformados. Volvieron al pueblo para dar parte del suceso, pero cuando regresaron al lugar de los hechos, los cadáveres ya no estaban allí. 

Finalmente, entre noviembre de 1940 y marzo de 1941 se produjo otro incidente, desapareciendo ocho niños del pueblo. La desazonada y ya poca agradable vida de los lugareños de Burkittsville se vio aún más perturbada cuando el ermitaño Rustin Parr acude al mercado y grita: ¡por fin he terminado! Tras interrogarle sin obtener respuesta alguna, indica a los policías que le sigan hasta su cabaña, donde lo entenderán todo. 

Tras cuatro horas de caminata, al llegar a la pequeña cabaña, descubrieron los cadáveres de siete de los pequeños, enterrados en sus correspondientes tumbas, situadas detrás de la casa. Al exhumar los cadáveres se observaron signos de violencia, algunos incluso estaban aplastados y todos parecían haber sido víctimas de un ritual diabólico, luciendo extraños símbolos sobre manos, cara, pecho y pies. Kyle Brody fue el único que sobrevivió a la matanza. Fue encontrado de pie, en una esquina del sótano. Parr explicó a las autoridades que escuchaba en su cabeza la voz de una anciana que le ordenaba acabar con los niños y le dirigía en los rituales practicados. Fue juzgado por tan terribles crímenes, condenado a la horca y ejecutado. 

©lawjako

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