LA QUIMERA DEL OLVIDADO REGIMIENTO NORFOLK
Acontecía el periodo de agosto del año 1915, en el litoral de Turquía, tras cinco meses de improductivos intentos por parte de franceses y británicos de dar con el dominio de un importante punto trascendental entre los mares Negro y Mediterráneo. La maniobra, conocida como Campaña de los Dardanelos, indagaba afianzar la posición de las tropas aliadas en la zona, pero también incorporaba un peligro inherente para los soldados que participaban en esta especie de invasión hacia suelo otomano, ya que, en caso de arruinarse, se verían terriblemente aislados y lejos de sus bases (las cuales se encontraban a muchos kilómetros de distancia). Alemanes y Turcos resistieron los ataques, que al final de esta incursión dio paso a una sanguinaria lucha de guerrillas, que cobraría 45.000 bajas para los aliados, que finalmente optaron por la retirada en el mes de diciembre de aquel año.
Dentro de las Fuerzas Reales Británicas se encontraban los CUANZ (Comando Unificado de Australia y Nueva Zelanda), que protagonizarían el ataque a la “cota 60”, el día 21 de agosto del año mencionado. Pero tristemente no pasaron a la historia por su heroísmo y arrojo en campo de batalla, sino por inaudita rapidez y la forma extraña en que desaparecieron esos 277 miembros del llamado Regimiento de Norfolk. Mientras estos valientes militares cruzaban el lecho de un río. Según varios testigos de esa cruel contienda, aquellos desventurados hombres avanzaron hasta esfumarse en el interior de una espesa neblina, cuando ésta se elevó al cabo de varios minutos después, no quedaba en absoluto ningún rastro de los soldados que se habían internado en ella.
La notoriedad de esta leyenda inglesa entabló con la publicación de dos libros, uno de Peter Kolosimo y otro de Jacques Bergier; producto de una reunión conmemorativa del 50 aniversario de aquella batalla, celebrada en 1965, en la que tres militares neozelandeses (de la 1ª compañía de ingenieros), aseveraban haber visto el fenómeno con sus propios ojos.
Según palabras de estos militares, aquella extraña nube no cambiaba de forma y daba la impresión de moverse libremente del viento (8 km aprox por hora) que soplaba en ese momento. Estos calculaban que medía unos 200 metros de largo por 60 de ancho y parecía inusualmente tupida, tanto que una vez que los castrenses en batalla penetraron, no se les pudo distinguir en el interior de esta nube, además fulguraba la luz circundante de manera que disuadía a los aliados ver con claridad a sus oponentes otomanos y alemanes. Aquella nube remontó hacia lo alto apenas hubo ingresado el último hombre, y todo esto sin dejar rastros aparentes de su destino.
Posteriores averiguaciones de estudiosos de temas paranormales y afines, revelaron que las afirmaciones de los testigos no eran del todo exactas. Para empezar, el 4º de Norfolk era un solo un batallón, no un regimiento completo y sí que este regimiento en cuestión había llegado al final de la primera guerra mundial, con muchas bajas claro está, pero lejos de desaparecer por completo. Si se evidenció la desaparición del 5º Batallón, aunque había desaparecido el día 12 (no el 21) y a 5 kilómetros de donde los testigos afirmaban haber presenciado el extraño suceso.
Tras el final de esta contienda mundial, se conformó una comisión para apreciar lo sucedido durante la Campaña de los Dardanelos. Según dictámenes del informe oficial, el 21 de agosto de 1915, la ensenada de Suvla-Turquía, se encontraba cubierta por una tupida niebla que irradiaba la luz del sol, lo cual resulta que es un fenómeno anómalo, pero no inusual en la zona según expertos en el clima. Aquella tarde, cerca de 3.000 soldados, con el soporte del Real Regimiento de Norfolk produjeron un fallido asalto a las líneas defensivas otomanas, en cuya tolvanera desapareció el 5º Batallón por completo, pero claro está no de forma sobrenatural, sino debido al recio fuego del enemigo. De hecho, tras finalizar la primera contienda mundial, en 1919, se pudieron recuperar 122 de los cuerpos, los restantes 145 no pudieron ser rescatados por el lamentable estado en que quedaron.
Investigaciones más recientes apuntan a que este batallón fue víctima de una emboscada de los turcos, y a su vez cuando estaban ya en manos del inclemente ejercito otomano, se les dictó muerte por ajusticiamiento con un solo disparo en la nuca, sea cierto o no los que presenciaron aquel fenómeno de la espesa neblina, resulta muy desorientador cuando se ingresa en una zona que posee en ese momento el azote de las inclemencias del tiempo, como lo es una densa neblina.
©lawjako
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