EL MALLEUS MALEFICARUM (EL MARTILLO DE LAS BRUJAS)
El Malleus Maleficarum, “El martillo de las brujas” es un libro que describe las características de cómo son las “brujas”, cómo “interrogarlas” y cuál debe ser el castigo a impartir. Este siniestro libro se asemejaba a un manual durante la época de la “santa” inquisición. Fue escrito por inquisidores para ser aplicado por inquisidores. Para la persona moderna, es una horrible instrucción de poder equivocado y falsas supersticiones religiosas. Es probable que los autores del Malleus Maleficarum sean responsables de más torturas y muertes que cualquier otro autor.
Heinrich Kramer y Jacob Sprenger, terminaron el Malleus Maleficarum en 1486. Fue publicado en 1487. Kramer y Sprenger pertenecieron a la Orden de los Dominicos y ambos eran Inquisidores de la Iglesia Católica. Su libro poseía la intención de ser una guía para otros inquisidores. Con la finalidad de ayudarles a detectar a las brujas, a exponerles qué reglas seguir cuando las cuestionaban y qué tipos de castigos debían imponerse a aquellas mujeres que no cooperaban o eran declaradas culpables.
El libro de las brujas
La primera sección del Malleus Maleficarum es una exaltación a la irracionalidad. El uso de la palabra herético es la nota común. Se pensaba que los que no creían en la brujería eran herejes. La segunda y tercera parte del Malleus Maleficarum bosqueja como se debe buscar brujas, la forma de extraerles información y los castigos a aplicar. Resulta interesante no perder de vista los criterios para que una mujer sea etiquetada como bruja. Cosas como la enfermedad mental, unos rasgos inusuales fisiológicos o las condiciones de vida eran prueba de brujería. Si te atrevieras a leer el Malleus Maleficarum, probablemente te identificarías con algún rasgo que podría haberte llevado a la tortura, si hubieras vivido en esos tiempos oscuros y plagados de ignorancia. Haber sido acusado simplemente por un vecino celoso o un enemigo habría bastado. El Malleus Maleficarum se refiere a los inquisidores de la Ley Canónica, y les daba el permiso a utilizar algunas de las más despreciables formas de tortura jamás concebidas por la humanidad. La creencia común sostiene que el Malleus Maleficarum fue prohibido sólo cinco años después de que fuera escrito. Sin embargo, no aparece en la primera lista oficial de libros prohibidos por la Iglesia Católica.
También conocido como Index Paulino, la lista del Papa Pablo IV no incluía al Malleus Maleficarum. Así, aunque pareciera estar prohibido, se seguía imprimiendo y usando. Fue utilizado como un manual de referencia tanto por protestantes y católicos durante los siglos XVI y XVII. Un obelisco al atropello, toda una infamia.
El actual estereotipo de la bruja como una mujer de edad avanzada, que toma vuelo en una escoba acompañada por un gato negro, que participa en aquelarres nocturnos adorando a lucifer, que forma parte de un grupo anónimo que realiza sacrificios humanos y ritos blasfemos y, que conoce todo tipo de pociones mágicas y maleficios se remonta a la antigüedad. Los cristianos fueron acusados de realizar este tipo de actos en la época del renacimiento, además durante el siglo II fueron acusados de celebrar reuniones clandestinas en las cuales supuestamente degollaban niños y mantenían relaciones carnales no convencionales y adoraban animales. En otras épocas fueron los judíos los acusados de practicar este tipo de aquelarres. Siempre se trataba de grupos minoritarios vistos con malos ojos por la mayoría de población y los gobernantes. El Malleus Maleficarum fue un epítome (resumen) de todas estas fantasías. Las brujas, en su mayoría mujeres, eran allí acusadas de ser responsables de todos los males de la sociedad.
El Malleus Maleficarum contribuyó a crear el caldo de cultivo conveniente para perseguir a miles de personas, en su mayoría mujeres, brujos, hechiceros, astrólogos, curanderos, parteros y médicos hasta el siglo XVII. Entre 1450 y 1750 se da la llamada caza de brujas, uno de los acontecimientos más espantosos de la historia de Europa.
©lawjako
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