EL JUDÍO ERRANTE
Probablemente alguna vez habrás escuchado del Judío Errante, pero, ¿Te has preguntado quién fue esta persona?
Se menciona que el Judío Errante es un personaje mítico al que Yahveh condenó a no detener su andar por toda la eternidad. La incógnita entonces es, ¿por qué fue condenado por Dios? ¿Qué cosa tan grave pudo hacer para estar condenado a no detenerse nunca? Este judío se negó a darle de beber a Jesús durante su martirizante camino a la crucifixión, otras versiones del mito aseguran que en realidad no le permitió el descanso en la puerta de su casa, por esta razón Jehovah lo condenó a “errar hasta el retorno de su hijo Jesús”, es decir, no detener su andar hasta el fin de los tiempos o la segunda venida de Cristo a la tierra, conocida también como Parusia. En la Biblia se puede encontrar dos pasajes que, más tarde y sin mencionar específicamente al Judío Errante, pudieron servir de referencia para crear este mito en el imaginario colectivo de la cristiandad. En primer lugar, en el Evangelio de Juan, se mencionan a distintos personajes que le negaron ayuda o repudiaron a Jesús durante el calvario. Por otro lado, en el Evangelio de Mateo 16:28 se puede leer:
En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Padre venir desde su reino.
El Judío Errante ha acogido variados calificativos a lo largo de la historia. Algunas fuentes atiestan que se llama Ahasvero, o al menos así lo expone el alegato de Paul von Eitzen (1521-1597), obispo de Schleswig, quien dogmatizó que fue en Hamburgo en el año 1542 cuando el Judío Errante emergió ante cientos de personas y, no sólo eso, sino también se pronunció sobre los distintos padecimientos de Jesús.
Al Judío Errante también se le ha conocido como:
- Buttadeu.
- Alvarus Stevenson.
- Juan Espera en Dios.
- Samuel Belibeth.
Pero sobresale Cartafilo, que es quizá uno de los nombres más antiguos de los que se tenga conocimiento, de acuerdo con las Cartas eruditas y curiosas. (Específicamente la carta número 24 del segundo tomo) del Padre Feijoo, publicadas en 1745, fue en el año 1229 cuando el obispo e historiador benedictino, Mateo de París, aseveró la existencia de este judío, llamándolo Cartafilo, un portero del pretorio romano quien sería el encargado de dar muerte a Jesús.
Sin embargo, Jacques Basnage, un célebre predicador protestante y literato asegura en su Historia de los judíos que sólo se puede identificar a tres judíos errantes:
- Samar, un judío inculpado a vagar eternamente por fundir y dar forma al becerro de oro que los israelitas veneraron después de haber huído de Egipto. Sin embargo, en el libro del Éxodo, se menciona que fue Aaron, hermano de Moisés, quien realmente fundió este becerro.
- Cartafilo, un guardia de Poncio Pilatos, quien empujó a Jesús cuando iba camino al Gólgota para ser crucificado.
- Ausero, un zapatero de Jerusalén quien también empujó a Jesús, pero a la entrada de su residencia.
Como se puede analizar, todos estos nombres aparecen una y otra vez en las distintas leyendas. Pero es a partir del siglo XIII cuando comienzan a aparecer en Italia más confirmaciones de personas que cercioraron haber visto a este hombre. Y es hasta el siglo XVI cuando el mito comenzó a extenderse en gran parte de Occidente, tomando incluso fuerza en distintas expansiones artísticas como la pintura y la literatura.
©lawjako
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