VIDENTES DE LA CIA SE TRANSPORTARON AL PASADO DEL PLANETA MARTE
Región de Cydonia en Marte
Durante dos decenios, la CIA invirtió 20 millones de dólares en diferentes programas e indagación parapsicológica. La agencia arropaba la ilusión de percepción extrasensorial en un eficaz instrumento de averiguación al servicio de sus operaciones de inteligencia. Tanto tiempo y capital invertidos mostraron infinidad de experimentos y pruebas psíquicas encaminadas a los más diversos objetivos. En algunos de esos ensayos, los psíquicos llegaron a moverse mentalmente por los planetas del sistema solar y también viajar en el tiempo en busca de civilizaciones extraterrestres extinguidas.
Durante la primavera de 1973, Ingo Swann realizó unos sorprendentes intentos tutelados por los físicos Hal Puthoff y Russell Targ, ambos activos miembros del Stanford Research Institute. Al parecer, el psíquico norteamericano estaba cansado de desplazarse con su mente a diferentes rincones del planeta y bosquejó a ambos investigadores abandonar la órbita del planeta Tierra. Su intención era visitar psíquicamente varios planetas del sistema solar y algunas lunas. Puthoff yTarg comprendieron la impotencia de Swann. Aquellas largas jornadas y reiteradas pruebas perpetradas durante los últimos seis meses terminaron siendo demasiado tediosas. Temiendo que el fastidio acabara con las capacidades extrasensoriales del psíquico, ambos investigadores convinieron a la petición. En teoría, cuanto más vivificante fuera el objetivo perseguido para el sujeto empírico, mejores derivaciones se obtendrían en los ejercicios de visión remota. Así que Swann se dispuso a explorar el espacio etéreo sin salir del laboratorio.
La primera sesión se llevó a cabo el 27 de abril de 1973. El médium remoto proyectó su cognición hasta el planeta Júpiter, donde aseveró ver unos cristales de hielo brillando. Un documento muy posterior (albergado entre los papeles desclasificados por la CIA) detalla la experiencia. La prueba se llevó a cabo en Stanford, pero en secreto al programa oficial de la agencia de espionaje. Sin embargo, el texto escrito por el propio Ingo Swann en 1995 en relación a este asunto dice así:
“En lo alto de la atmósfera hay cristales flotando y brillando…Tal vez las franjas son como bandas de cristales, como los anillos de Saturno, aunque no tan lejos como esos… Más bien cerca, internamente en la atmósfera”.
En 1973, Júpiter únicamente se había observado mediante telescopios terrestres, así que no se podían comprobar las observaciones aportadas por el psíquico. Pero en 1979 la sonda Voyager 1 orbitó el planeta y descubrió la presencia de unos anillos, tal como había sostenido Swann seis años antes. De todos modos, los investigadores suspicaces argumentaban algunos peros. Por ejemplo, según este psíquico, diferenció cristales radiantes de hielo flotando dentro de la atmósfera de Júpiter, mientras que los anillos descubiertos por la Voyager 1 estaban conformados por rocas y rodeando el planeta a una muy considerable distancia de la exosfera jupiteriana. Como suele acontecer en estos casos, las descripciones de los videntes son imprecisas y sujetas a diversas elucidaciones.
Swann protagonizó otro “experimento espacial”, tal como relata el propio interesado en su obra: Penetration (1975). En esa fecha, se trasladó mentalmente a la cara oculta de Luna, donde se encontró con:
“maquinaria, torres, luces de diferentes colores y edificios con extraña apariencia”, además de “unos puentes cuya función no pude indagar. Uno de ellos se arqueaba hacia fuera y nunca volvía a tomar tierra en ninguna parte”. Entre las edificaciones que pudo vislumbrar abundaban “las cúpulas de diferentes tamaños, objetos redondos y cosas como pequeños platillos con ventanas”, que “se encontraban guardadas cerca de los lados de un cráter, algunas veces en socavones, otras en lo que parecían hangares de un aeródromo”. Incapaz de tasar con exactitud los tamaños, Swann se limitó a expresar que “algunas de esas cosas eran enormes”.
Entre los documentos desclasificados por la CIA se puede apreciar otro experimento de visión remota todavía más maravilloso. El objetivo consistía en efectuar un “viaje mental” al pasado de Marte, puesto que los estudiosos pretendían consultar cómo era el planeta rojo hace un millón de años. El informe, fechado el 22 de mayo de 1984, detalla en su primer apartado el procedimiento utilizado para la prueba. El agente de la CIA que tutelaba la sesión escribió en un papel una fecha y un lugar, y luego lo plasmó en un sobre sellado que fue entregado al vidente (cuya identidad no se detalla en el expediente), a quien comunicaron que el experimento concernía con unas coordenadas geográficas. Los agentes investigadores suministraron al psíquico la latitud, para que así desplazara su conciencia hasta ese punto geográfico. La nota disimulada dentro del sobre contenía dos lacónicas indicaciones: “Planeta Marte” y “Tiempo: aproximadamente un millón de años”.
El psíquico relata así lo que presenció: “Tengo una visión oblicua de una pirámide o una forma piramidal… Es muy alta, parece estar alojada en un paraje enorme y desolado. Es de color amarillento...”. Al ser curioseado este psíquico sobre la superficie del planeta, el médium respondió que observaba “nubes tormentosas oscuras” que podían indicar un “problema geológico”. “observo unas estructuras megalíticas enormes… Imágenes sombrías de seres como personas, muy altos y delgados, como si hubieran existido allí pero ya no residieran. Ya no viven allí”.
Las coordenadas adaptadas al psíquico por el agente corresponden a la región marciana de Cydonia Mensae, donde los investigadores de lo desconocido a menudo detectan “formas piramidales artificiales”. Aunque en la actualidad ellos lo hacen con la ayuda de imágenes satelitales de Google en vez de recurrir a algún psíquico.
©lawjako
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